lunes, 16 de septiembre de 2013

Nunca he celebrado el grito. Me parece de lo mas falso gritar viva Mexico cuando no somos tan independientes como quisiéramos. Es en este tipo de fechas en que el grinch que vive en mi se manifiesta y empiezo a ofrecer una serie de razones por las cuales el famoso "grito" es una de las cincuenta mil cosas que no me importan en este mundo. La mercadotecnia hace bien su chamba, es fácil dejarse llevar. En una ocasion le hacian tanta publicidad a ir a "dar el grito" al palacio municipal, se pone muy bien, decian. Que era lo maximo. Entonces decidimos ir. Para llegar al lugar era un calvario. No habia donde estacionar el carro. Habia muchisima gente, no se si regalaban algo o que diablos. Pero despues de media hora de quejarnos de la situacion, corroboramos lo que siempre habiamos pensado: Al diablo con el grito.

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