A éstas alturas ya debería de tener uno o dos hijos. Un marido (o dos), la casa grande, con una cerca de madera y un columpio en el árbol, la camioneta nueva estacionada afuera y la vida social perfecta. Pero no. Decidí hacer lo que se me dió la gana; ni más ni menos. Ser yo misma tiene sus consecuencias buenas. Sostener mi palabra ante todo es dificil, pero me sale más barato que tener que quedar bien, o que aguantar, o que generarme un cancer por tragarme corajes al tener que ser politicamente correcta. Es muy comodo decir lo que veo y siento sin darle vueltas a las cosas. No hay necesidad de ser falsa, con una pizca de diplomacia es suficiente.
Poder hacer lo que se me dá la gana sin pedir aprovacion es simplemente maravilloso.
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1 comentario:
y qué se te dio la gana hacer?
que mira que puedes hacer lo que te venga en gana y además, todo lo demás...ya sabes, el marido o dos, el hijo o dos, la camioneta o dos...
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