jueves, 8 de julio de 2010

El baston

Poner cara de menso es re-bueno aquí. Y si está uno viejo, ¡mejor! Yo aprendí a leer desde chiquito, aprendí a trabajar la tierra y  cuando nos vinimos a la ciudad, trabaje de albañil muchos años. Ahora de viejo no tengo trabajo, pero les lloro tantito y todo me dan. Por ser viejo todo me consiguen. Ya me dí cuenta que trayendo baston, todo me hacen.
Una vez llegué caminando al palacio municipal a pedir apoyo de esos que dá el gobierno y no me dieron nada. Me dijeron que regresara después. Volví dos días después de haber ido a caminar pa´l monte, donde me encontre una rama seca y grande. La usé como baston en el camino de regreso y fué mi salvación. Lueguito me atendieron. Me dieron una despensa y me apuntaron para que fuera por mi despensa cada mes. Me revisaron de la presion, del azucar y hasta de los oídos y me dijeron que cada vez que fuera, que pasara con el mismo doctor. Hasta medicinas me dan. Yo no digo casi nada, todito me lo dan en la mano.

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