A cuatro años pasaditos de vivir sola, es la primera vez que me quejo.
Lo peor de vivir en soledad es no tener quien te pase un kleenex cuando se te esten por salir los mocos, antes del estornudo. Ni quien te eche una cobija encima. Ni quien te haga un cafecito.
De lo demás, no me quejo. No hay piri el quehacer, planchar la ropa, que es lo que más detesto. Los gastos, la cocinada. Nada. Enferma soy vulnerable.
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