jueves, 4 de julio de 2013

SIN HORARIO

Muchas ocasiones me ha sucedido que las ideas se me acomodan por ahí de las cero horas, para ponerme a escribir algo decente. Ellas, las ideas, no saben de horarios de oficina ni de vacaciones burocráticas ni de permisos especiales, menos de premio-vacaciones. Ellas llegan cuando la noche está bien negra y la luna a mero arriba. Por lo general a esa hora estoy a punto de quedar dormida. 

Sí existe una explicación científica al respecto, pero no me acuerdo.

Lo único que sé es que las mejores historias se me han presentado en esas circunstancias.

Otro día con más calmita paso a saludar.

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