viernes, 12 de julio de 2013

leyendo

Hace ... en el 2008 fue que leí Rayuela. La compre en la feria del libro de ese año y la leí en cuanto tuve la primer oportunidad. Vivía sola, así que me la eche rápido. Me hizo sufrir, me estresó. Pero la leí de la manera convencional. Que ordinaria, me dijo el Cesar. Si, me falta de la otra forma, la que rifa, la forma por la cual será, o es ya, un clásico. Es verdad eso de que lees a Cortázar y te invita a escribir, crees que puedes con el mundo. También es cierto que lees a Borges y dices: Soy un grandísimo pendejo, pura madre que vuelvo a escribir algo, es mas, voy a borrar todo lo que he escrito.

Cada quien tiene su favorito. Para mi aun sigue siendo Saramago. Y no puedo decir claramente cual es la razón. No tengo una razón valida, o clara o convincente, solo que me parece magnifica su manera de manejar los diálogos. Sera que a mi los diálogos me cuestan un huevo que no tengo y la mitad del otro, que tampoco tengo. Sera que me gusta su ateísmo disfrazado. O tal vez me gusta su historia de amor, la personal. No se. Pero ayer nos preguntábamos que cual era la novela latinoamericana mas chingona que hay. A mi me falta leer mucho para poder dar una opinión de peso. Pero de lo poco que he leído, no me atrevería a decidirme por una. Seria tanto como serle infiel al escritor. Y la fidelidad para mi es muy importante, tal vez sea cuestión de genero, no se, o tal vez por que aun no desaparece la costra. La cuestión es que, en el fondo, mi novela favorita es "el memorial del convento", pero no puedo dejar de reconocer "el túnel", ni "cien anos de soledad"; Aura de Carlos Fuentes, para mi, es muy CHINGONA, así con mayúscula. La cuestión es que escribir en segunda persona es una chingoneria. O sea escribir y que te salga algo bueno, no pendejadas, tu me entiendes.
Así las cosas, sigo con Eliseo Alberto y su eternidad que empieza en lunes. Al mismo tiempo leo a las mujeres que corren con los lobos, soy una de ellas. Sigue el nombre de la rosa, o 1Q84 la parte 3, o el amor en los tiempos del cólera que me presto una amiga, edición colombiana que me duelen los dedos nomas de agarrar el libro. Y así, una pila de libros tan interesantes. Pero Eliseo Alberto es muy bueno. Mucho.

Dos copas de tinto. Mi hígado ya no es el de antes. Gracias a Dios. Y mi talla tampoco.

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