viernes, 28 de septiembre de 2012

Frankly, my dear, I don`t give a damn...

(bendita sea la hora en la que la escritora se rompió un tobillo y no le quedó más remedio que escribir en la convalescencia, en 1929. No se imaginó que muchos años después esa frase estaría tan vigente)

... a damn about a lot of things.

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