Obscuridad.
Por alguna extraña razón no conciliaba el sueño. El insomnio llegó de algún lado que desconozco. Generalmente tomaba una taza de café antes de dormir. Tal vez había que dejar esa tradición atrás. El paso del tiempo es implacable, los lentes de reciente adquisición ayudaban a confirmarlo.
Obscuridad y luna.
La luna salió y lucía en todo su esplendor. Las calles no estaban tan vacías para ser altas horas de la noche, es un efecto de los días de verano. Autos y peatones por igual, la vida seguía sin ganas de dormir. Parecía un insomnio colectivo.
Tomé el auto y salí a dar un paseo, esperando encontrar al sueño en alguna calle. Encendí las luces y encontré un carro tuerto. Sólo un foco alumbraría esa noche el camino.
Noche con vida.
Luces en las casas y vecinas platicando en el porche. Era una noche calurosa, llena de vida. Niños y perros jugando en la calle. En el camino ya conocido un bulto en el suelo apareció. Paso sobre él y truena como un pedazo de chicharrón prensado. Aparecen hombres y mujeres corriendo y llorando. Histeria. Avanzo. Vuelve a tronar. Me detengo unos segundos, una mujer llora y grita en mi ventana. Sigo mi camino alumbrado con un solo foco. Ruido de sirenas a lo lejos.
6 comentarios:
auch!
te invito a leer mi blog
el psiconsejero.blogspot.com
salud
por cierto...ya fue lunes!!
bonito país que nos toco :(
Qué chingón está éste Ale
Gracias Konman. Saludos.
Publicar un comentario