Ya me andaba sintiendo con La Jornada por poner unicamente un letrerito que decía que murió German Dehesa ayer a las seis de la tarde. Es uno de mis favoritos. Lo sigue siendo aunque ya esté en otro lado. Estoy triste de verdad. Una vez o dos o más le escribí y me contestó. Empecé a leerlo en su columna en el periodico Frontera y lo seguí. Me encantaba entrar a su casa de piedra y flores por alguna razon que desconozco. Siempre tuve la convicción de que lo conocería en persona. Me hacía reir mucho. Hace dos viernes estuvo con Cristina Pacheco y me reí sola como estupida en mi casa a todo pulmon, como me gusta. Tenía un sarcasmo que me encanta, ese sarcasmo coloquial que me recuerda a mi papá. Creo que de ahi deriva todo.
En octubre su hermana, a la que conozco por que él nos la presentó en repetidas ocasiones, estará dando una conferencia en Puerto Vallarta en el congreso de la AFM. Si voy la conoceré.
Alguien tiene que preguntar que tal durmió, alguien tiene que iniciar la colecta de cobijas para los chilangos en diciembre, alguien tiene que recordarnos las canalladas de Montiel y de Peña Nieto y traernos a la memoria a las muertas de Juarez cuantas veces sea necesario, por que ya Dehesa no lo hará más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hola Alejandra. Leí tu blog desde el día que tuviste la amabilidad de dejar unas letras en mi post dedicado a Germán Dehesa. Definitivamente no eres la única, además de su familia, que siente su partida. Felicidades por tu blog, está interesante y me he quedado leyendolo un rato ese día. Tienes razón, alguien tiene que seguir preguntando cómo durmieron las ratas. Hazlo, muchos otros lo haremos también cada que haga falta.
Saludos.
Publicar un comentario