Recuerdo que cuando murió mi papá, descance. Fué liberador. Es desagradable, y a la ves divertido, andar comprando terrenos en colinas del más allá, pero saber que ya se dormirá tranquilamente, tanto los vivos como el muerto, reconforta.
Lo más desagradable de esa ocasion fué tener que recibir las palabras de aliento. ¡Que cosa más molesta! Ver a gente que tenía años sin ver, y verlos ahi, llorando a moco tendido... Tambien hubo gente que hace un buen rato que no veía y que me dió mucho gusto ver. A mis hermanos, por ejemplo, a Cecilio, a Ricardo. Y a todos mis amigos juntos. Espero que no se tenga que morir mi mamá para volver a tener a todos mis compas juntos.
El veinte me cayó el ultimo día del novenario. Ahi fué cuando supe que El Tipo no andaba de vacaciones. El declive empezó, pero duró muy poco cuando me di cuenta de que no había deuda pendiente.
Creo que por eso no lo he soñado, nunca vino a decirme que me estuviera en paz, ni nada. Solo una vez, al día sigiuente, apareció y me sonrió y se fue todo feliz él, como siempre, sin preocupacion alguna.
La muerte de los papás me traen estos recuerdos.
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