miércoles, 8 de diciembre de 2010

Poder de convocatoria

Desperté a medio día. Hacía mucho frio y el sol se burlaba de mí con su más hermoso brillo. No había cobija que me mantuviera lo suficientemente caliente como para querer seguir acostada, por lo que me levanté de la cama. Me preparé un té de canela y prendí la tele. Todo bajo el más estricto silencio. Afuera no se escuchaba nada ni nadie. No pasaban carros, ni había gente que hablara ni que no hablara: Simplemente estaba sola en la cuadra donde vivo. En la televisión pasaban unas caricaturas que agarre a medias y terminé de verlas. Pero el silencio era demasiado y me intrigué, por lo que decidí salir. Me quité la ropa de dormir, me puse algo casual y me fui a caminar.
Anduve por diez cuadras y no me topé con nadie. No había ni una persona, ni un vendedor de elotes ni de televisión por cable, ni de tamales, ni el del pan, ni había gordas corriendo, ni hombre guapo paseando a su perro. Ni señora vendiendo quesos.  Había perros en sus casas cerradas, había algún carro estacionado afuera de alguna casa. No se escuchaban niños, eso era lo más hermoso, por un momento quise que ese silencio fuera eterno. Analicé la situación y concluí que no me molestaba en lo absoluto la ausencia de gente. No habría ningún problema si yo no me reproducía, simplemente la humanidad se acabaría conmigo: La última mujer sobre la faz de la tierra. Creo que aprovecharía la soledad para quitar la basura de las jardineras y estar plenamente segura de que no se volverían a llenar de bolsas de plástico. También leería todos los libros que tengo pendientes por leer: El Quijote, Rayuela de la otra manera, unos libros que me regaló mi hermanita la navidad pasada. Iría a alguna biblioteca y buscaría algo de Sor Juana, no tengo nada de Sor Juana. Mientras no me quede sin café, todo está bien, pensé. Pero tuve que seguir caminando, tanta soledad me inquietaba. Demasiado bueno para ser verdad, me dije.
Después de avanzar tres  cuadras más sin ver gente, decidí pellizcarme. No fuera yo a ser un personaje del Ensayo sobre la Ceguera, de José Saramago. Definitivamente sería la esposa del primer ciego,  esa que no se contamina y lo ve todo, todo el tiempo.
Anduve por más de una hora. Mis pasos me llevaron al centro, llegué a la torre de Tijuana, avance por el bulevar Aguacaliente. Ni un emblemático taxi rojo. Pasé la  colonia cacho caminando tranquilamente y viendo los aparadores. Pasé por el antiguo Toreo de Tijuana y la iglesia del “pare de sufrir”, que también estaba vacía, ni su fe les sirvió. Avancé hacia la colonia Chapultepec, esa de gente con dinero, pero a ellos también les afectó, no había nadie. ¿Sería que pasó algo, algo importante? ¿Una bomba de algún elemento químico que desconozco y que simplemente deshaga a las personas sin afectar lo demás? No encontraba ninguna explicación lógica. Y es que no la había. Seguí caminando esperando no encontrar a nadie y así fue. Pasé por las torres del nuevo presidente Municipal y no había nadie, ni el bell boy ni recepcionistas. Subí las escaleras y las puertas estaban abiertas. Regrese a seguir caminando.
Pasando el club de golf, al subir la cuesta, se entristeció mi memoria. Era sábado. Se jugaba la final de futbol por el titulo de campeón en la primera A.  Todo Tijuana estaba ahí, convocados por los Xoloitzcuintles.

7 comentarios:

Route 66 dijo...

Me ha encantado. Desde el principio hasta el final :)

Pd: Menos mal que no eres la ultima mujer en la tierra ;P

Anónimo dijo...

Muy buen puesto. Me tropecé con su blog y quería decir que he disfrutado mucho navegando por tu blog. En cualquier caso, voy a ser la suscripción a tu feed, y espero que escribir de nuevo pronto!

El Konsejero dijo...

Joder, que me has hecho reír!!
Mira que bajarme de putazo de la ficción
o fantasía para restregarme la solidaridad
de los imbéciles ha sido de desencanto...
pero hilarante, eso sí.

Anónimo dijo...

fue muy interesante para leer. Quiero citar el mensaje en mi blog. Se puede? Y otros una cuenta en Twitter?

Alejandra dijo...

Anonimo, no te puedo leer, pero bienvenido.
Saludos.

Anónimo dijo...

Bravo , creo que es una idea brillante

Alejandra dijo...

Esto lo escribí el 8 de diciembre del 2010 y se hizo realidad el 2 de diciembre del 2012.

Que no se me olvide que soy medio bruja.

;)