Hoy, una semana después, solo me duele un poco la rodilla izquierda. Y estoy segura que no es la rodilla, sino que traigo jodido el cartílago. Mañana que llegue mi traumatólogo favorito le pediré que juguemos al doctor, a ver si capea.
Me fue infinitamente mejor que a Don Juan, quien sigue hospitalizado y con ventilador. Pasando el kilómetro cuatro le dio un infarto. Lo revivieron exitosamente. Cuentan los mitoteros, pues Rosarito es un pueblo de mucho mitotero, que se tomo una bebida energizante antes de iniciar la carrera, que por eso le dio el infarto. Después de leer su historia clínica lo puedo creer, pero también me doy cuenta que es una factura que le cobro el pasado. Nadie se va sin pagar, acuérdese de eso.
También me fue mejor que a otro, que por el mismo kilómetro pero en minutos distintos, se enredo con algo en los pies y se quebró una pierna en la caída. No se si sea común en una carrera de medio maratón, pero me pareció muy accidentada. Por ahí del kilómetro quince alcance a un señor que una semana antes hizo el paseo ciclista Rosarito-Ensenada. No pudo mas y decidió caminar, me contó que el desgaste es mucho mayor corriendo que en bici. No lo se, hace muchos años que no me trepo a una bici, la verdad nunca fui buena y le saco.
El trayecto es hermoso. Prácticamente a la orilla de la playa, la brisa nos hizo un gran favor. El verano trastocado desapareció ese día, no así el sol, por lo que la humedad fue moderada. El penúltimo puesto de agua no estaba cuando pase por ahí, creo que era uno de los mas necesarios, seis kilómetros antes para llegar si que se necesita un trago de agua. Martha, que hace tres semanas había hecho un triatlon, me acompaño casi toda la carrera. Al final se adelanto y llego primero que yo, pero después de llegar, se regreso por mi para que no se le enfriaran los pies y que estiráramos juntas al final. Nunca me imagine que mi maestra de química orgánica en la licenciatura seria mi amiga, mentora y compañera de mi (relativamente) nueva afición; es un ejemplo a seguir. La universidad le dio una patada en el trasero cuando mas la necesitaba y la vida la mando al primer mundo a hacer lo que mas le gusta en la vida: modelado molecular, el trabajo que nunca nadie imagino tener.
Llegue a la meta cuando estaban por quitar los conos, casi la cerraban, así que le tuve que atorar los últimos metros. Teóricamente el tiempo era de tres horas, pero no salimos todos iguales, no contemplan ese detalle. Según mi aplicación del teléfono hice doce minutos menos de las tres horas, nada mal para ser mi primer medio maratón. El segundo ya tiene fecha, es el 28 de diciembre en San Diego. Es un trayecto noble, bastante plano y casi todo por la orilla de la playa. Tengo que mejorar mi técnica de respiración, pues de repente hiperventilo y me quita potencia, ademas de que tengo que levantar mas las rodillas y mejorar mi tiempo en general. Mi excusa es que con el calor que estuvo haciendo, salí poco a correr las ultimas semanas previas, prefería ir a yoga, aunque esas clases me han hecho muy fuerte, no nada mas físicamente, por cierto. Así que seguramente mejorare mi tiempo, me doy con 10 minutos menos. No se lo que digo, tal vez se pueda menos, pero como soy asquerosamente competitiva, necesito recordar constantemente que correr es un hobby y que no voy a ir a las olimpiadas ni a los panamericanos ni nada.
La cereza del pastel fue el burrito de langosta que desayunamos en Puerto Nuevo.
Creo que fue una carrera extra ordinaria. Ya veré que hay de bueno para desayunar en San Diego el día de los santos inocentes.
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1 comentario:
¡Muchas felicidades, Alejandra!
Veo que aunque sufrido, lo disfrutaste y me da gusto.
Un abrazo.
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