Yo sabré si me enojo o no, muy mi gastritis, muy mi dolor de cabeza, muy mi cara fea. Muy mi pedo si me enojo ó no me enojo.
Me es dificil permanecer inmovil ante las estupideces generadas por mis compañeros burócratas de todos los niveles del organigrama, no es exclusivo para los de abajo. Tal parece que uno de los requisitos que pide el gobierno para contratar personal es tener algun grado de ignorancia, elevado grado de estupidez y valemadrismo indispensable. Desconozco los requisitos, he de ser muy sincera. No sé cómo es que la gran mayoría de los que trabajan para servir, sirven poco y mal. Nunca he sido de las que pertenecen y en éste caso me enorgullezco de ello. Cierto es que estoy generalizando. El Barney me haría tal observacion, pero tambien estaría de acuerdo conmigo si me leyera.
Aunque no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre.
Todo piden gratis. Por qué los mexicanos creemos que nos merecemos todo gratis. Los chilangos para todo piden subsidio: el metro, la tortilla, la luz. Y si no se los conceden, paralizan la ciudad. Y qué decir de los rosaritenses. Aún no me toca conocer un pueblo con tanto bribón como Rosarito; aunque algunos se enojen, ésos que son la excepcion de la regla.
Estoy conciente de que vivímos en un país muy rico, pero muchos no se dan cuenta de que ya nos lo chingamos, bien y bonito. Quiero pensar que son los comerciales que pasan en la television los que generan ese sentimiento de posesion de algunos mexicanos, esos que te preguntan a tí de qué estas orgulloso; y salen unos que de su país, que de su selección (hazme el re-cabron favor!), que de sus hijos. Todo gratis, sin trabajar. Que a toda madre. Si de la misma manera en que reclaman pendejadas, reclamaran en tiempo, forma y lugar, seríamos de primer mundo.
Pero el hubiera, no existe.
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