Ahí me disculpa Usted, querido personaje de cuento inconcluso: que entre el doctorado, el hospital, las clases, la yoga, el novio, las carreras y la vida en general, no he podido darle un final.
Usted siga aquí en mi cabeza. Siga apareciendo en mis sueños, no me deje dormir a gusto, así no lo olvido. Un día no muy lejano, lo plasmaré aquí mismo, donde ahora la pido una sincera disculpa.
Suya siempre.
Yo.
lunes, 9 de febrero de 2015
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