No sé a ciencia cierta por qué lo hago. Definitivamente sé que lo hago por que se me dá mi gana. Pero el motivo en sí, no lo encuentro.
Dicen unos que lo hacemos por perpetuarnos. A veces pienso que lo hago por vanidad; egocentrismo puro, pues. He escuchado que se hace por querer llamar la atención, ser el que en realidad no se puede ser, sólo a traves de la letras plasmadas en papel.
Acepto que a veces me da mucha flojera, como ayer anoche, que tenía la idea pero ya estaba acostada en mi camita, tapada y acomodada de tal forma que me sentía pajarito en nido. Por eso se puede encontrar debajo de mi almohada plumas y cuadernos y uno o dos libros: Para no perder el hilo de la idea, solo meto la mano y ahi está lo que necesito para que no se me vaya. Ya la desarrollaré al día siguiente, pero la idea, la idea, ahi queda, no se me va.
Aun con todo y eso, la novela nomas no se me entrega totalmente. Laura me cuesta algo de trabajo. Tal vez haya que cambiarle el nombre, o puede ser que aún no sea tiempo de continuarla.
Coincido con Saramago. Escribir es un trabajo.
miércoles, 18 de mayo de 2011
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